¡Buenos días de nuevo! En estas fechas en las que el frío aprieta con ganas, seguro que estás a puntito de coger ese desagradable e inoportuno resfriado (si no lo has cogido ya) y en tu casa abundan las naranjas para que no te falte tu buena dosis de vitamina C. La manzana, otro clásico que siempre decora nuestros fruteros… Si habitualmente deshechas las cáscaras de estas dos deliciosas frutas, para tu carro un momento y descubre lo reconfortante que puede ser utilizarlas para preparar un té de invierno calentito, humeante, super aromático y delicioso. La propuesta de hoy es muy sencilla, pero creo que va perfecta para todos aquellos que somos amantes del momento “cozy” en pijama, con una buena película y la batamanta en una tarde de lluvia. Aunque esta receta a mi me va perfecta en cualquier momento del día, por ejemplo ahora, mientras escribo este post frente al ordenador, con una de mis listas de música especialmente seleccionada para las mañanas grises y un tanque de este té de invierno que no te puedes perder porque está para repetir varias veces al día.Yo he usado cáscara de naranja (que en muchos sitios suele ir directa a la basura) y también cáscara de manzana porque tenía que preparar una compota y no quería desperdiciarla. Pero puedes utilizar muchas otras pieles de fruta al gusto (mango, mandarina o caqui, por ejemplo).Las especias son muy clave para que el resultado sea intenso, yo no le he puesto ningún endulzante, pero si eres de paladar caprichoso te sugiero una cucharadita de panela orgánica o un poco de sirope de agave. La selección del té también va a gusto, puedes utilizar té blanco, negro, rooibos, etc. Esta receta la he elaborado para la sección “Qué aproveche” de El Hervidero de Ideas.