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TARTA DE QUESO

¡Terminamos el año con un clásico dulce! Esta tarta de queso con frutos rojos es una de mis favoritas. La elaboración es sencillísima y el sabor suave y delicioso. La cobertura puedes cambiarla por otras frutas al gusto, aunque los frutos rojos le aportan un toque ácido que encaja fenomenal con la textura esponjosa y neutra de la base de queso.  


INGREDIENTES


En primer lugar pasaremos las galletas con las almendras por la trituradora junto a la mantequilla pomada (blandita) hasta conseguir un polvo compacto. (Las galletas puedes hacerlas caseras, yo las he comprado artesanas en un mercado ecológico, pero con cualquier galleta tipo “María” puedes hacerlo). Este polvo de galleta lo colocaremos sobre nuestro molde engrasado y hará de base para la tarta. Si no dispones de trituradora o picadora puedes hacer el polvo de galleta a mano, es más laborioso pero resultará igual de eficaz. Mete las galletas en una bolsa de plástico limpia, coloca la bolsa sobre una tabla de madera o alguna superficie firme y con ayuda de un mortero ves golpeando la bolsa para picar las galletas.

Precalienta el horno a 180º. En un recipiente amplio bate el queso con la panela, a continuación incorpora la nata y mezcla bien. El siguiente paso es añadir los huevos de uno en uno suavemente y finalmente la harina tamizada. Mezcla y vierte esta masa sobre la base de galleta. Hornea a 180º grados durante diez minutos, baja la potencia del horno a 150º y sigue horneado durante 30 minutos más. Antes de sacar tu tarta del horno pincha con un palillo y comprueba que éste sale limpio. Si no es así apaga el horno y deja reposar dentro durante 5-10 minutos, pero ten cuidado de que no se te queme la superficie.

Deja enfriar y mete en el frigorífico al menos un par de horas. Ahora vamos a hacer nuestra cobertura. En un cazo vierte el vaso de agua con la miel y el medio limón, cuando comience a hervir vierte las fresas y las frambuesas (pero deja algunas enteras a parte para decorar al final). Ves removiendo a fuego bajo durante 15 minutos, hasta conseguir una pasta densa. Si te resulta poco dulce puedes añadir más miel o un poco de azúcar moreno y si quieres conseguir un aspecto más gelatinoso puedes añadir también una cucharadita de agar-agar. Vierte la compota de fruta sobre la tarta ya fría, deja enfríar unos 30 minutos y guarda en la nevera al menos otro par de horas. Sirve fría y a disfrutar!