Después de 21 días intensos descubriendo Tailandia, ya estamos de vuelta en Madrid, con muchas ganas de reanudar rutinas y proyectos y también de contarte un poquito mi viaje, mi ruta y algunos consejos prácticos qué quizás puedan resultarte útiles si vas a viajar al país próximamente. Es un destino al que le tenía ganas desde hace varios años y te aseguro que la espera finalmente ha merecido la pena.
Tailandia es un país lleno de contrastes, hermoso y tranquilo y caótico, sucio y estresante según qué zonas, con una apasionante historia cultural y sobre todo lleno de vida y frondosa naturaleza (aunque también lleno de guiris jejeje)…
Si tuviera que elegir algún lugar de los que he visitado como favorito, sin duda me quedaría con Chiang Mai y Chiang Rai (ciudades al Norte del país con unos templos alucinantes y una población amable y más tranquila que en la caótica Bangkok) y con Khao Sok (reserva natural situada en la provincia de Surat Thani, donde podrás disfrutar de la naturaleza tropical en estado puro).
Bangkok tiene su encanto pero la contaminación y el bullicio excesivo lo aguanto un par de días y las islas, aunque divinas y frondosas, con una vegetación tropical tremenda, son muy calurosas y axfisiantes en cuanto a clima para mi gusto, demasiado enfocadas al turismo y con poco que hacer a parte de relajarte, bucear o disfrutar del snorkel. Si vas a visitar el país te sucederá lo mismo que a mí y querrás empaparte de su historia y cultura a tu manera, así que yo voy a dejarte un pequeño resumen de mi estancia en Tailandia y algunas recomendaciones prácticas para el viaje.
MI ITINERARIO
En este mapa te marco la ruta que hicimos Alejandro y yo a lo largo de 21 días durante el mes de agosto de 2017, en la que tengo que anotar que, para mi gusto, pasamos demasiado tiempo en las islas y poco en el norte, pero a veces la inexperiencia nos hace equivocarnos…
– Día 1 Vuelo Madrid-Moscú-Bangkok (con Aeroflot)
– Días 2-3 BANGKOK
– Día 4 Excursión de 1 día en Van (caravana compartida) a Ayutthaya
– Día 5 Vuelo Bangkok-Chiang Mai con Asia Air
– Día 6 CHIANG MAI
– Día 7 Excursión de 1 día a Chiang Rai y vuelta a Chiang Mai
– Día 8 CHIANG MAI
– Día 9 Vuelo Chiang Mai – Surat Thani con Asia Air y Autocar + ferry a Koh Samui desde Surat Thani
– Días 10, 11, 12 KOH SAMUI y alrededores
– Día 13 Ferry + van a Khao Sok desde Koh Samui
– Día 14 KHAO SOK pueblo y parque
– Día 15 Van + ferry a Koh Phi Phi desde Khao Sok
– Días 16, 17 y 18 KOH PHI PHI
– Día 19 Ferry + taxi al aeropuerto de Krabi desde Koh Phi Phi y Vuelo Krabi – Bangkok
– Día 20 Bangkok
– Día 21 Vuelo Bangkok – Moscú – Madrid
Estuve un total de 4 días en BangKok, 1 día en Ayutthaya, 3 días en Chiang Mai, 1 día en Chiang Rai, 5 días en Koh Samui (visitando otras islas cercanas), 2 días en Khao Sok y otros 5 días en las Islas Phi Phi (como ves, la mitad del viaje hemos estado en islas y al final nos hubiera gustado restar alguno de estos días y sumarlo al norte, pero por distancias no era viable…) aún así la experiencia nos ha gustado mucho y nos llevamos muy buenos recuerdos.
VIAJAR SIN FACTURAR
Menos es más. Hemos viajado sin facturar, con una maleta de dimensiones mínimas y un bolso de mano y tan a gusto! Te voy a contar lo que me he llevado (y me sobraron cosas que no llegué a usar, como las zapatillas de deporte).
La ropa fresca es imprescindible, de tejidos finos que se sequen rápido, hace tanto calor en cualquier época del año que en cuestión de horas la tendrás seca. Nosotros lavábamos a mano en los baños de los hoteles y la tendíamos con una cuerda de tender que nos llevamos desde Madrid, aunque en varios hoteles teníamos fuera de la habitación una estructura para tender. Si estás perezoso hay servicios de lavandería a montones con precios muy asequibles (unos 40 baths el kg, 1 euro aprox).
No te lleves sudadera gruesa, no la necesitarás y ocupan bastante (a no ser que seas muy frioler@), yo llevé una chaqueta de hilo finita y solo la usaba en los aeropuertos, taxis y buses, que te ponen el aire acondicionado a 18 grados…
En cuanto al calzado, sólo usé unas sandalias de senderismo de la marca Teva durante todo el viaje, comodísimas y multiusos (las usé incluso para hacer un trekking por la selva, me llené de barro hasta las rodillas y me respondieron de maravilla) os dejo AQUÍ el modelo que compré a través de Amazon en las rebajas de julio por 30 euros, estoy encantada con ellas! También llevé escarpines (muy útiles para el snorkel) y unas zapatillas de deporte que no saqué de la maleta… Unas chanclas de ducha también son útiles y ocupan poco.
Para visitar los templos es necesario llevar pantalón o falda que te cubra las hasta las rodillas (para hombres y mujeres) y manga corta (no valen los tirantes), así que mi consejo es que lleves algún vestido amplio largo o faldas porque con los pantalones se pasa más calor, y si prefieres los tirantes, que no se te olvide meter en el bolso o mochila un fular o camisa para cubrirte cuando entres en algún lugar sagrado.
Tres vestidos frescos, 1 falda larga, 5 camisetas y un pantalón largo que no usé más que un día, 1 toalla de microfibra, 3 bikinis y 6-7 mudas de ropa interior para mí fueron suficientes lavando cada 4-5 días, además de mi equipo de snorkel, el chubasquero (que no lo he usado) y un paraguas. En todos los hoteles donde nos hospedamos nos dieron toallas de baño.
La lluvia allí fue curiosa, hemos estado en agosto y nos ha llovido muy poco, teniendo en cuenta que coincide con la época de monzón. Siempre llovía a la misma hora (al atardecer-anochecer), caía una enorme trompa de agua durante 30 minutos aproximádamente y paraba. En esos casos lo mejor es resguardarte donde pilles hasta que amaine y, si llueve poco y estás en ciudad, cubrirte con tu paragüitas tranquilamente.
EL NECESER
Si no quieres facturar, como ha sido nuestro caso, minimiza también tus productos de higiene personal con botes que no superen los 100 ml de capacidad y piensa que allí vas a estar sudando o en remojo la mayor parte del tiempo y que emperifollarse será inútil e incómodo.
Yo metí en mi neceser 1 bote de champú, otro de gel, otro de acondicionador y otro de crema hidratante. Además, mi aceite facial de jojoba (que sirve para todo, cara, cuerpo y cabello) y un desodorante. En todos los hoteles nos reponían cada día el champú y el gel, pero si no te gustan puedes comprarlos fácilmente en los famosos Seven Eleven y muchos otros establecimientos. Yo llevé también mi esponja para optimizar el gel y poder refregarme bien jejeje… Maquillaje cero, solo un labial hidratante con un poco de color. Pinzas, cortauñas, cepillo pequeño y una cuchilla deshechable, bastoncillos, cepillo y pasta de dientes y varias gomas y orquillas para recogerme el pelo.
Imprescindible es el repelente de mosquitos porque hay muchísimos y te van a picar, nosotros compramos Pranarom, una marca ecológica que me recomendó la majísima Chloe del blog Being Biotiful y que nos ha ido muy bien, pero allí no tendrás problemas en encontrar miles de variedades. En realidad allí podrás comprar cualquier cosa que notes que te falte, desde ropa barata, equipación de snorkel, cremas solares, repelentes, chanclas, etc.
En cuanto a la crema solar, optamos por la facial y la corporal de Freshly factor 50 y nos encanta, no es nada grasienta, sin perfumes, de rápida absorción y también ecológica, es algo más cara que otras que hay en el mercado pero yo estoy contenta con los resultados.
Y otro mejunje muy útil es el gel antiséptico para echarnos en las manos antes de las comidas y eliminar posibles bacterias y microbios (yo compré un bote en los supermercados Día).
Las colonias o cualquier otro producto con perfumes fuertes los omitimos porque son muy golosos para los mosquitos.
EL BOTIQUÍN Y EL SEGURO MÉDICO
Ni se te ocurra viajar sin seguro médico, siempre es mejor prevenir y con un seguro majo podrás viajar tranquilo y con buenas coberturas sanitarias en el caso de que tengas algún problema.
Yo contraté un seguro ‘TotalTravel mini’ con la compañía Intermundial por 64 euros, te dejo aquí el enlace AQUÍ.
Y en cuanto al botiquín, lo mejor es consultarlo con vuestro médico (al igual que el tema vacunas) porque cada caso variará. Para este viaje yo sólo he tenido que vacunarme de la fiebre tifoidea porque el resto de las que son obligatorias ya las tenía puestas.
Yo incluí en mi botiquín algunos analgésicos para dolores generales (musculares, de cabeza, inflamación…), antibiótico para posibles infecciones y fiebre, protector estomacal y anti-diarréicos, además de probióticos. Soy anti pastillas total y tuve que comprarlo todo porque en casa no tengo nada, pero no quería arriesgarme a verme allí con una infección o diarrea galopante sin recursos. De hecho, el último día comí algo en mal estado que me obligó a quedarme todo el día en cama y los probióticos me fueron muy bien.
Gasas y esparadrapo, así como un botecito con alcohol o Betadine también es práctico si nos hacemos alguna herida. De cualquier modo, en farmacias allí podrás adquirir muchas de estas cosas que no requieran receta.
EL BOLSO DE MANO
En mi bolsa de mano guardé todas las cosas de valor (obvio). Mi pasaporte, dinero en efectivo, tarjetas de crédito (allí funcionan mejor las de crédito que las de débito así que llevé las dos), tarjeta sanitaria, carpeta con fotocopias del pasaporte, de todas mis reservas, vuelos y seguro médico). Mi cámara Fujifilm X30, tarjetas Sd, mi Iphone y mi Kindle (con sus correspondientes cargadores). Ahh y que no se te olvide el adaptador para el enchufe, es ESTE, aunque lo más cómodo es adquirir uno múltiple que te sirva a nivel internacional, inviertes un poco más de dinero (entre 6-15 euros) pero lo tendrás para cualquier destino futuro. Además también metí en mi bolsa de mano algunos snacks para picar en los vuelos iniciales (fruta y frutos secos crudos).
Nosotros llevamos una parte del dinero en efectivo en euros, que fuimos cambiando allí a baths (en el aeropuerto y en varias oficinas) y sacamos un par de veces en cajeros durante el viaje. La moneda local es el bath y cuando nosotros hemos estado el cambio estaba aproximadamente así: 1 euro = 38,5 baths.
LA COMIDA
Empecemos por el principio y si eres vegetariano o vegano que no se te olvide solicitar tu comida especial cuando reserves el vuelo, no es para tirar cohetes pero con tantas horas de viaje está bien asegurarse un menú apto sin carne ni pescado. Como suelen ser insípidos y escasos, yo siempre llevo extras en el bolso por si me entra hambre (alguna pieza de fruta, granola o barritas hechas en casa, frutos secos o fruta deshidratada…) Incluso puedes llevarte algún sandwich o bocata rico homemade 🙂
Y una vez en Tailandia pues la experiencia de cada uno será diferente, yo voy a contaros la mía por si os resulta útil.
En general, los vegetarianos siempre tenemos menos opciones en cualquier lugar, pero esto no será un problema allí porque siempre encontrarás algún plato apto (pocos pero hay). Eso sí, utilizan salsa de pescado y de ostras en muchos platos vegetales así que tendrás que avisar al camarero, y en muchos sitios es probable que te las cuelen…
Los primeros días lo pillas todo con ganas y, al menos a mí, me apetecía probar la gastronomía típica. Yo suelo ser muy prudente cuando viajo, sobre todo con el tema de la comida callejera y con el agua, así que fui con cuidado mirando un poco con lupa los establecimientos. Y el agua siempre embotellada y precintada.
Para gustos los colores, pero yo no soy nada fan de la fritanguilla y los dulces con kg de azúcar y aceites que te venden en los puestos, así que hubo mil cosas que no probé porque no me parecían apetecibles… ¡Eso sí, baratas eran un rato!
Lo que más me gustó fueron los cocos para beber y los fruit shakes (lo ideal es pedirlos sin hielo y sin azúcar para que sean más naturales y no te cuelen agua caca) pero yo me pimplé unos cuantos granizados y de momento no he notado ninguna incidencia… Te los preparan de muchas frutas variadas (sandía, dragon fruit, mango, plátano, papaya, etc) y además de estar muy ricos se agradecen después de una ardua y tórrida caminata.
En cuanto a platos típicos, el curry verde, la ensalada de papaya y el pad thai con vegetales y tofu fueron mis favoritos, además de las sopas de verduras, pero con el clima tan cálido las sopas nunca apetecían. Aunque tengo que seros sincera, he acabado aborreciendo todos estos sabores después de casi un mes alimentándome de esto. Supongo que se me pasará, pero por ahora no quiero ni verlos jajaja…
De hecho, la última semana se me hizo muy cuesta arriba con el tema de la comida. Estaba totalmente saturada de noodles y arroz frito, los vegetales crudos son cuestionables según que sitios y los comíamos poco, y al final la comida nos caía pesada y acabamos sintiendo un poco de rechazo.
Encontrar comida saludable nos resultó super complicado, sólo encontrábamos fácilmente frutas tipo plátanos mini (que están buenísimos), rambutan (la fruta peluda que te enseño en la foto de abajo), manzanas, sandía… Pero a parte de esto, no vi productos sanos casi en ningún sitio (nada de hortalizas, ni panes integrales, ni frutos secos crudos, ni yogures decentes…) Encontrarse un mercado apañao era una lotería. Eso si, los Seven Eleven y los pequeños comercios de ultramarinos abundan por todas partes con una extensísima variedad de guarrerías envasadas, patatas fritas, bebidas gaseosas y chocolatinas…) Así que en este sentido estuvimos un poco incómodos y con muchas ganas de comer como en casa.
Al final del viaje casi siempre acabábamos pidiendo ‘plain rice’ (arroz basmati cocido) con tortilla thai, que era lo más light que te hacían. Eso sí, si vais a Bangkok y pasáis por Khao San Road, no dejéis de visitar el restaurante Ethos (vegetariano-vegano-orgánico). Mi favorito del viaje y con otras opciones como hummus y falafel, y hacen porridge para desayunar!!
Lo cierto es que no hicimos una ruta previa de lugares para comer porque cada día era un no parar y al final acabábamos comiendo donde nos pillaba de paso, así que no os podré ayudar mucho en este sentido…
De cualquier manera, comer fuera durante 21 días sin poder cocinar nada casero, pasa facturilla en cualquier lugar ¿Te imaginas alimentarte sólo y exclusivamente en restaurantes y puestos de comida de tu ciudad durante 3 semanas? ¡Horror!
LAS COMPRAS Y EL REGATEO
Nosotros no somos nada consumistas y nos hemos venido igual que llegamos, pero si tuviera que recomendaros algún lugar chulo para comprar, me quedo con el Night Bazaar de Chiang Mai, donde se pueden encontrar algunos puestos con artesanías, pinturas y productos locales chulos. Si me preguntáis por los típicos y abundantes mercados de falsificaciones y demás no tengo ni idea porque no hemos visitado ninguno, tampoco los famosos centros comerciales…
Y si quieres visitar un auténtico mercado de comida local y ver las virguerías que hacen con las flores, no te pierdas Warorot Market en el barrio chino de Chiang Mai, no compramos nada más que bananas pero vimos muchas curiosidades!
Cómo ves, no puedo hablarte del regateo más que con los tuc-tuc y los taxistas que no ponen el taxímetro… Son bastante listos y querrán colártela siempre que puedan, así que lo ideal es intentar informarse de la tarifa justa por viaje. Hay que ser coherente y si no queremos pagar algo desorbitado, tampoco debemos ser miserables y pretender pagar por debajo, al fin y al cabo así se ganan el pan de cada día.
MIS RECOMENDACIONES EN BANGKOK
Estuve poco tiempo para lo enorme que es la ciudad, pero si tuviera que recomendarte algo, te diría que no puedes perderte el Royal Palace y Wat Phra Kaew, el templo del Buda Esmeralda, el Templo del Amanecer… ¡Hay muchísimos!
Callejear por China Town y adentrarse en algún mercado local callejero, nosotros estuvimos dando una vuelta, dimos de casualidad con un mercado medio escondido entre callejuelas y nos daba un poco de cosa porque no había ningún turista, así que no hice fotos por respeto, ¡pero era muy pero que muy auténtico!
Darse una vuelta por Khao San Road (la famosa calle de los mochileros) y acercarse a comer al restaurante Ethos, donde podrás degustar una buena variedad de platos vegetarianos y veganos muy ricos.
Visitar algún mercado flotante, nosotros no estuvimos en ninguno porque lo teníamos previsto para el último día y tuve la mala suerte de ponerme malísima con el estómago. Y también visitar alguno de sus muchos parques, como el Saramron Park, los jardines Limpini o el King Rama IX Park. Si hay algo que me gustó mucho de todas las ciudades tailandesas que pisé, fue la inmensísima cantidad de plantas que abarrotan todos los rincones, es sencillamente genial.
Hacer una excursión de ida y vuelta a Ayutthaya desde Bangkok, antigua capital de Tailandia donde podrás visitar un extenso complejo de templos en ruinas, es una visita preciosa, la recomiendo muchísimo.
EN CHIANG MAI
Perderse por la ciudad vieja y visitar todos los templos que te cruces por el camino, además del mercado nocturno.
Visitar el parque nacional Doi SutHep con su precioso templo Wat Phra That encaramado en la montaña.
Visitar algún santuario de elefantes donde promuevan el cuidado de los animales, porque hay muchísima explotación en el país, nosotros no lo hicimos por falta de tiempo. También Warorot Market, el mercado de las flores y el barrio chino son otros de los atractivos de la ciudad, llenos de bullicio y con un ambiente muy local.
EN CHIANG RAI
No puedes perderte ninguno de los lugares que te muestro a continuación, son increíbles, muy distintos entre sí pero de una belleza tremenda. Puedes contratar excursiones que realizan un recorrido por todos en el mismo día porque están bastante lejos unos de otros. Uno de ellos es el Templo blanco o la representación del cielo. Una obra contemporánea que te dejará boquiabierto, se trata de un templo budista realizado por el arquitecto Chalermchai Kositpipat, que representa la pureza de Buda desde una perspectiva absolutamente rompedora y desconcertante, para mí el más impresionante de todos los que he visitado.
Uno de los vértices de este triángulo del color por Chiang Rai es el Templo Azul, no es muy grande pero no le hace falta, es sencillamente espectacular. De carácter sacro bajo los términos del budismo y con esa ornamentación tan exuberante típica tailandesa, su recorrido tanto por fuera como por dentro es digno de visita, super recomendable!
La representación del infierno se encuentra en la Casa Negra, un complejo-museo de 40 cabañas llenas de animales muertos, pieles y un montón de objetos extravagantes, cargados de una misteriosa oscuridad que no te dejará indiferente. Se encuentra a 30 minutos aproximádamente del templo Blanco y su visita también merece mucho la pena.
EN KOH SAMUI, KOH TAO, KOH NAN YUANG Y ANHTONG
A parte de recorrer un poco la islas, conocer el pueblo y demás (la mejor opción es alquilar moto si tienes carnet) te recomiendo echar el día en Coral beach y Silver beach (ambas en Koh Samui), las mejores playas de la isla.
Buceo o snorkel en Koh Tao y visitar la preciosa Koh Nan Yuang, aquí hicimos también snorkel y os prometo que el agua parecía una piscina, pero llena de peces de colores y de coral, una pasada!
Excursión al parque marino de Anthong, otra reserva natural espectacular, puedes llegar en ferry o lancha desde Koh Samui y es una de las actividades más bonitas para hacer desde la isla.
EN KHAO SOK
Alojarse en una casita de madera en la jungla, es una experiencia chulísima, esta es la cabaña donde nos alojamos nosotros, las camas eran un poco incómodas y por la noche escuchabas a todos los insectos del mundo, pero el entorno es espectacular, con vistas al lago y el desayuno de los mejores del viaje (casi todos los desayunos han sido bastante caca en general).
No puedes dejar de hacer una excursión por la reserva, un inmenso parque natural brutal abarrotado de vegetación super exuberante, con trekking y baño en el lago Cheow Lan.
EN ISLAS PHI PHI
Sólo se puede dormir en la isla grande (Phi Phi Don), y aquí tienes Long Beach y Monkey Beach, ambas muy cerquita y muy bonitas (aunque algunas zonas están llenas de plásticos y basuras) sigue habiendo gente muy guarra e irrespetuosa por el mundo… A Monkey beach (que es super chiquitita) fuimos en kayak, eso sí, no molestes a los monos y ten cuidado con tu mochila, son muy listos y tienen mal carácter!
Y en general pasear por la isla, es pequeña y puedes ir caminando a todas partes. Nosotros pasamos 4 días completos y con dos habría sido suficiente… pero si te gusta el relax y dar vuelta y vuelta en la toalla al caloret, entonces genial porque además en agosto no había casi gente en las playas.
Otro imprescindible si estás en Phi Phi es visitar Maya Bai al amanecer contratando una barca privada (es la famosa isla de Dicaprio) y hay que reconocer que aunque se llena rápidamente de turistas tiene algo mágico. Visitar Mosquito Island si tienes tiempo también es otra escapada bonita.
NUESTROS ALOJAMIENTOS
En general, todos los hoteles donde nos hemos hospedado han sido bastante normales, nada de lujos, pero baratos, casi todos bien ubicados y decentillos a nivel de limpieza. En Bangkok nos hospedamos en el Rambuttri Village Plaza y en Pascher Hotel.
Rambuttri Village está en pleno corazón de khao san road, la famosa calle de los mochileros, pero lo bueno es que está ubicado en la paralela, que es mucho más tranquila. La zona está bien porque tienes a mano varios lugares clave como el Royal Palace y Khao San Road en sí misma es muy visitada, aunque a mi me pareció guiriland con sus alemanes probando los pinchitos de escorpiones fritos y las japos con sus palos selfies frente a los carritos de durian (la fruta apestosa). En cuanto a las instalaciones del hotel, la habitación es muy normalita tirando a cutre, pero con cama cómoda, aire acondicionado y caja fuerte, además de desayuno incluido por unos 30 euros al día / habitación doble. Lo mejor es la piscina de la azotea y que al ladito tienes un montón de agencias si quieres contratar excursiones.
El Pascher Hotel está ubicado en el barrio de Silom y lo elegimos por cambiar de zona (nos apetecía estar más cerca de la zona financiera) y porque estaba bien en cuanto a calidad/precio. La habitación era confortable y el baño tenía la ducha separada del wc! Desayuno incluido normalito y muy bien comunicado con el skytrain para moverte en metro por la ciudad. (30 euros noche /hab doble).
*Todos los desayunos de hotel a lo largo del viaje incluían más o menos lo mismo y voy a detallarlo para los curiosos: té, café soluble con leche entera, zumos (pero no naturales, menos en Khao Sok) y servicio de buffet con rebanadas de pan bimbo, mantequilla, mermeladas, sandía, plátano y piña, huevos revueltos o fritos y después una serie de platos tipo arroz salteado con verduras, salchichas, noodles, algunos incluían tortitas, embutidos, y algunos vegetales como pepino o rodajas de tomate. También cereales tipo corn flakes o chocapic. Variado es y podías comer abundantemente pero poco nutritivo y sano para mi gusto exceptuando la fruta… Llamarme tiquismiquis pero una leche de soja y unos copos de avena integrales no cuestan tanto y a mí me habrían alegrado la mañana, jejeje… Nosotros en estos buffets nos hacíamos sandwiches vegetales (a veces con huevo), té y nos poníamos finos a fruta… Aunque Alejandro también se desayunaba arroz y noodles a menudo jeje… (a mi no me entraban).
En Chiang Mai estuvimos en un hotelito muy cuco llamado 99 The Gallery Hotel (30 euros noche / habitación doble), muy bien ubicado en una de las esquinas del ‘rectángulo’ que conforma la ciudad antigua que está llena de templos, con una piscinita super agradable en la plata baja. En el propio hotel hay una agencia donde gestionamos la excursión a Chiang Rai para ver el templo blanco, el azul y la casa negra. También incluía desayuno tipo buffet.
En Koh Samui nos hospedamos en Maenam, una zona que no recomendamos si no alquilas moto porque la playa cercana es muy normalita y el transporte en taxi o red car cuesta una pasta para llegar a las mejores playas de la isla (coral y silver beach) Los taxis piden unos 600 baths por llevarte, aquí si toca regatear lo que puedas…
El hotel se llama Maenam Bai Resort, muy normal pero agradable, con piscina y baratito (20 euros noche / habitación doble sin desayuno).
En Khao Sok estuvimos en un complejo de cabañas de madera super chuli llamado Art’s Riverview Lodge (40 euros la noche con desayuno), con vistas a un río para bañarse y en pleno entorno natural. La cabaña era muy básica y rústica y los colchones incómodos, pero mereció la pena, eso sí, si te dan miedo los bichos no te lo recomiendo, en el interior de la cabaña no vimos nada, pero fuera había muchos milpies, arañas enormes, lagartijas, libélulas, monos … Y el desayuno el mejor de todos nuestros alojamientos, con zumo de naranja natural y pancakes. Por las mañanas desayunas entre remolinos de abejas, al final te acostumbras pero los primeros instantes incomodan jejeje…
Y el último hotel donde nos hospedamos fue en Phi Phi Don, se llama Chongkhao Resort (30 euros noche con desayuno) y está al ladito del puerto, buena zona para pillar ferrys o barcas privadas para visitar el resto de las islas. La habitación muy básica pero limpia y agradable y el desayuno muy normal.
Espero que esta información pueda resultarte útil, cualquier duda déjame un comentario y si puedo te la despejaré encantada, y si no conoces Tailandia, aprovecho para animarte a visitarla y empaparte de la cultura y la magia del país de la eterna sonrisa.