Una de las cosas que más me gusta de cocinar comida vegetariana es la creatividad “accidental” que surge en muchas ocasiones para combinar alimentos sueltos que tienes en la nevera y a los que hay que darles salida rápido. Hoy me ha sucedido esto, y como además soy muy fan de las veggie burgers, me he puesto manos a la obra con estas hamburguesas vegetales de brócoli y queso feta que han quedado super ricas y jugosas.
INGREDIENTES PARA 12 HAMBURGUESAS MINI
- 1 brócoli grande
- 100 gr de queso feta desmenuzado
- 2 huevos ecológicos
- 1 taza y media de harina de avena integral
- el zumo de 1 limón pequeño
- 1 rodaja de jengibre fresco
- Media cebolla
- Sal y pimienta al gusto
- 1 cucharada de comino en polvo
- romero seco
- 1 tomate maduro
- Medio diente de ajo
- aceite de oliva virgen extra
- Rodajas de aguacate, rabanitos y semillas de sésamo y amapola para decorar
INSTRUCCIONES
1. Cocinamos el brócoli al vapor durante 7-8 minutos (hasta dejarlo al dente). Dejamos que temple y lo pasamos por la trituradora desechando los tallos. Lo salpimentamos, agregamos el zumo de medio limón y reservamos.
2. Picamos finamente la cebolla y rallamos el jengibre. Doramos ambos ingredientes en una sartén con unas gotitas de aceite de oliva virgen extra a fuego bajo durante 6-7 minutos.
4. Poco a poco vamos a ir agregando cucharadas de harina de avena (la harina yo la hago pasando los copos de avena por la procesadora) hasta conseguir una masa más o menos homogénea y densa (no demasiado compacta porque tus hamburguesas quedarán muy duras ni tampoco demasiado blanda, que si no se desharán con mucha facilidad). Yo he utilizado aproximadamente 150 gr de harina (1 taza y media).
6. Pasado este tiempo sacamos el bol y comenzamos a formar las hamburguesas con las manos bien limpias, intenta que sean todas del mismo tamaño y grosor.
7. Calentamos aceite vegetal en una sartén (yo he añadido aceite hasta conseguir medio cm de altura aproximádamente) y cuando esté muy caliente vamos a ir cocinando nuestras hamburguesas en tandas de 3-4. No las hagas todas apelotonadas a la vez que siempre quedan peor. Las doramos por ambas caras un par de minutos y las colocamos en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
* Si has hecho una cantidad grande y no quieres consumirlas todas el mismo día te aconsejo que las guardes en un tupper (sin freír) y las metas en el congelador. Cuando quieras comerlas de nuevo sólo tendrás que freírlas o meterlas en el horno (puedes hacerlo sin descongelarlas) y listo! Así se mantendrán perfectas.