Cuando empieza a atisbarse un poco de fresco en la ciudad siempre me entran ganas de encender el horno para preparar algún dulce saludable, y como buena adicta al cacao que soy este bizcocho de calabacín y chocolate sin azúcar se va a convertir en uno de mis favoritos para el próximo otoño. La textura es densa, algo parecida al brownie pero bastante más ligera. Es una receta vegana muy resultona, con una base vegetal que queda riquísima y además sólo endulzamos con dátiles, por lo que está totalmente libre de azúcar. Si te apetece sorprender con un dulce sencillo y delicioso no te pierdas este super bizcocho, te va a encantar.
BIZCOCHO DE CALABACÍN Y CHOCOLATE SIN AZÚCAR
ImprimirINGREDIENTES
PARA EL BIZCOCHO
- 2 calabacines pequeños (300 gr aprox)
- 12 dátiles remojados sin hueso
- 80 gr de cacao crudo en polvo
- 125 gr de harina integral al gusto
- 125 gr de harina de almendra o avellana
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 100 ml de aceite de coco
- 1 pizca de sal rosa
- 1 cucharada de levadura de repostería
PARA LA COBERTURA
- 100 gr de chocolate con 70% de cacao en adelante
- 2 cucharadas de crema de avellanas (avellanas trituradas en procesador hasta obtener una textura mantecosa)
- 1 chorrito de agua o bebida vegetal
INSTRUCCIONES
Trituramos los calabacines con piel muy bien lavados junto a los dátiles sin hueso hasta obtener una pasta grumosa (los dátiles los habremos dejado a remojo en agua caliente al menos un par de horas antes de realizar el bizcocho). Esta mezcla la pasamos a un cuenco en el que iremos añadiendo el resto de ingredientes. Una vez incorporados todos los ingredientes empezamos a mezclar con una espátula suavemente hasta integrar completamente. Pasamos la masa a un molde forrado con papel vegetal (yo he utilizado uno rectangular de 14×22 cm). Horneamos a 180º durante 25-30 minutos. Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla. Cuando esté frío decoramos con la cobertura de chocolate y con lascas de coco.
Para hacer la cobertura colocamos todos los ingredientes en un recipiente y cocinamos al baño María hasta obtener una crema untuosa. Vertemos sobre la superficie del bizcocho, dejamos que enfríe y refrigeramos en la nevera 30 minutos para que solidifique.
Conservamos el bizcocho preferiblemente en la nevera y consumimos en los siguientes 2-3 días. Se puede congelar en porciones e ir sacando cuando nos apetezca.