come y sé feliz

Hacía tiempo que tenía ganas de expresar algunas ideas relacionadas con mi nuevo estilo de vida “veggie”, así que voy a contarte un poquito más sobre mis hábitos culinarios y por qué decidí cambiar mi alimentación. Además, voy a dejarte algunos consejos prácticos si quieres comenzar una dieta vegetariana y andas un poco perdida/perdido o si no eres ningún especialista en nutrición (como es mi caso también) y te apetece mejorar algunos aspectos de tu dieta diaria. Esto me interesa mucho subrayarlo porque efectivamente, yo no soy nutricionista, ni chef, ni nada “pro” vinculado al sector de la alimentación. Sólo soy una cocinillas aficionada, muy interesada en todo lo relacionado con los hábitos saludables y (como explico en mi perfil) amante de la comida vegetariana y de la fotografía creativa. Así que haré estas reflexiones desde mi experiencia personal sin ninguna pretensión, sólo por la necesidad de contarte mis vivencias y mis experimentos en la cocina y con la esperanza de que esta información pueda resultarte práctica o interesante.

Me hace mucha ilusión hablar de mi experiencia por si puede serle útil a aquellos que, como yo, deciden en algún momento dar el paso hacia una alimentación vegetariana, puesto que para mí ha sido una de las decisiones más emocionantes que he tomado en los últimos años. ¿Y por qué? Porque me siento feliz, bien alimentada y me reconforta pensar que, de alguna manera, no estoy contribuyendo a la explotación y al maltrato animal (este es un tema muy complejo y discutible, lo sé, y aunque en la cadena de supervivencia es inevitable que muchas especies se vean afectadas con unas y otras acciones, se puede NO apoyar y fomentar el dolor gratuito y la tortura despiadada).

MI VEGGIE HISTORIA

Yo, desde niña, me he criado con una cultura gastronómica “muy castiza”. Cuando iba a los restaurantes pedía solomillo, chuletón o cualquier pescado fresco al horno porque me parecían platos sencillamente deliciosos, e incluía semanalmente varias porciones de distintos tipos de carnes y pescados. De hecho mi madre, con cuatro hijos que criar y alimentar cada día, estaba la mar de contenta conmigo porque era la única que comía de todo y que nunca le ponía pegas al menú del día (y cómo iba ponerlas, si mi madre es una auténtica diosa de los fogones, ella te hace una delicatessen con un patata mondada).

botanic-illustrationCon los años me independicé y, con este importante suceso de la vida, la comida casera empezó a brillar por su ausencia y los platos rápidos y preparados eran el pan de cada día, tarde y noche. Así que mi cuerpo y  mi mente pedían a gritos un retorno hacia las buenas costumbres y empecé a cocinar intentando imitar el estilo de mi querida madre. Lo más sorprendente de todo es que no se me daba mal, conseguía darle a los platos un puntito sabroso (no tanto como el de ella, claro) y empecé a disfrutar mucho cocinando. También, poco a poco, fui excluyendo de mi alimentación algunos productos que sabía que no eran nada saludables pero que siempre estaban “ahí”, entre ellos, las bebidas gaseosas, la bollería industrial, los platos congelados, el azúcar blanco… Podría contar un sin fin de productos que he ido descartando poco a poco, pero he nombrado los ejemplos más significativos. Muchas veces no le das importancia porque aunque sabes que son dañinos piensas: “bah, si esto lo tomo de higos a brevas…”, pues bien, yo ahora pienso que si no los tomo NUNCA mejor que mejor.

Hace un par de años mi curiosidad por los productos de procedencia ecológica fue creciendo, empecé a investigar un poco y a descubrir mercados de productores y pequeños comercios donde adquirir ingredientes y alimentos orgánicos y más naturales y fui tomando conciencia de cómo nuestra alimentación es la clave para sentirnos bien por fuera y por dentro. Por este motivo, creo que debemos mimarnos y cuidarnos al máximo dentro de nuestras posibilidades, ya que la comida que te metas en el cuerpo será la base de tu sustento everyday.

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Durante esta etapa empecé a sentir que algo estaba cambiando dentro de mí porque me cuestionaba y me sentía extraña consumiendo los platos de siempre (no por el sabor si no por el “contenido”). Le daba muchas vueltas a la procedencia de cada cosa que compraba, a la situación de los animales que acababan siendo los protagonistas de mis platos y a la cantidad de químicos, antibióticos, conservantes, hormonas y un larguísimo etcétera de productos “extra” que podía estar consumiendo a través de ellos. Había algo que no andaba bien, que no funcionaba. Y cuántas veces pensaba: “creo que debería dejar de comer carne”. Lo meditaba un poco y al rato concluía en: “uffff qué difícil, cómo voy a cambiarlo todo de repente”. Pero inconscientemente la transición al cambio había comenzado. Cada vez consumía menos productos de origen animal y empecé a interesarme por blogs de comida vegetariana donde encontraba referencias culinarias deliciosas. Al mismo tiempo, también empecé a comprar “sustitutos” de la carne para incorporarlos en mis comidas (aún a pesar de seguir consumiendo carnes y pescados cada vez con menos frecuencia) y descubrí un sin fin de posibilidades maravillosas en la cocina vegetal.

botanic-illustration2Y entonces un día llegó a mis manos un documental que cambió radicalmente mi perspectiva y que fue el empujón que me faltaba para confirmarme en la decisión de hacerme vegetariana: Earthlings. Cuando acabé de verlo (una hora y media con la representación del dolor animal más cruel que jamás he visionado), me di cuenta de que las lágrimas chorreaban por mis mejillas y de que me sentía terriblemente triste. Me sensibilicé tanto con la situación de la gran mayoría de animales destinados al consumo humano que nunca más (hasta la fecha) he podido probar un bocado de carne. Y así fue como decidí emprender una alimentación ovolactovegetariana (porque de vez en cuando si consumo huevos y lácteos, aunque siempre de procedencia ecológica). De esto hace ya más de dos años y a día de hoy sigo muy feliz con este estilo de vida, aunque también quiero dejar claro que nunca me he impuesto nada y que quiero sentirme libre con cualquier necesidad que pueda surgir en el futuro. Vivir y dejar vivir, respetar a los demás y a mi misma es muy importante para mí porque odio las paranoias y los debates autodestructivos que surgen muy a menudo en relación a este tema.

 

MIS CONSEJOS

Mucha gente de mi entorno me ha preguntado infinidad de veces acerca de este cambio en mi alimentación. Para algunos es positivo pero difícil de gestionar, para otros totalmente innecesario. Unos cuantos creen que somos una secta de frikis locos de atar… Pues bien, mi consejo es que no hagas ni caso de las opiniones (tus seres queridos opinarán y mucho, algunos para apoyarte y otros para que te quites la tontería de la cabeza), escúchate a ti mismo y déjate llevar por lo que necesites para sentirte bien. Al principio yo creí que podría tener problemas (contradicciones morales, etc) si echaba de menos mi alimentación anterior, pero para mi grata sorpresa, nunca he sentido deseos de volver a comer carne ni pescado.  Y creo que esto se debe a varios puntos clave. Te los enumero aquí por si pueden ayudarte o te encuentras en ese momento de indecisión para comenzar con una dieta vegetariana:

1 – Tener claro por qué has tomado la decisión de ser vegetariano y hacerlo a tu ritmo, intenta que no te afecten las opiniones de tu entorno o las presiones sociales, ya que suele ser un tema que a la gente le provoca curiosidad. 

2 – Motivarte con la comida (este punto para mí es el más importante). Si cada día intentas hacer divertida, llamativa y atrayente tu mesa todo te va a resultar mucho más atractivo. No es necesario que montes un set profesional de estilismo culinario, pero los pequeños detalles son super eficaces y van a ayudarte a ser más creativo y a no caer en la monotonía y el aburrimiento cuando estás entre fogones. Mi consejo es que intentes encontrar combinaciones sencillas, variadas y coloridas en tus platos.

3 – Si no tienes demasiado tiempo para cocinar, te aconsejo que te hagas asiduo a blogs de comida especializada, te van a poner las cosas muy fáciles y siempre podrás elegir aquellas recetas más básicas y rápidas que contengan una base nutricional equilibrada. Otra opción interesante es que adquieras algún libro/libros y los tengas a mano en tu cocina.

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4 – No sentir nunca que estás llevando este estilo de vida por obligación. Ser vegetariano es un estilo y una filosofía de vida y cuando eres feliz con ello todo fluye de manera espontánea. Si alguna vez sientes deseos reales de comer carne o pescado, mi más sincero consejo es que lo hagas (a no ser, claro, que no puedas por motivos médicos/de salud). 

5 – Piensa en la comida como fuente esencial de vida y de disfrute, todo lo que le regales a tu cuerpo debe ser lo más beneficioso posible para tu organismo, cuídalo porque es un tesoro y tristemente tiene una fecha de caducidad que puede variar considerablemente dependiendo de como lo mimes.

6 – Pero no te obsesiones. Si de vez en cuando te apetece consumir algo “poco saludable” no te reprimas porque, en mi opinión, una vida sin caprichos es mucho más triste. Lo ideal es descubrir las infinitas posibilidades que te ofrece la cocina natural para elaborar deliciosísimos dulces, snacks y platos más calóricos que no tienen por qué estar plagados de azúcares artificiales, grasas e ingredientes industriales, pero si un día te apetece comerte unas patatas fritas o una caja de donuts tampoco va a ser el fin del mundo.

7 – Antes de realizar un cambio significativo en tu alimentación documéntate, no lo hagas a la ligera. El cambio es bastante sencillo (aunque al principio te sientas un poco perdido), pero debes disponer de la información necesaria para no tener carencias en el futuro, así que lee mucho, acude a algún especialista si lo consideras necesario y hazte analíticas de vez en cuando para comprobar que todo está en orden.

MI COMIDA, MI TESOROwhite

Os cuento un poco cómo reparto los alimentos, no es una lista con cantidades exactas ya que, en función de la semana o circunstancias, va variando, pero os la dejo para que os hagáis una idea de como organizo mis raciones y de los alimentos que SIEMPRE procuro incluir semanalmente en mis comidas, también te invito a realizar tu compra con ALIMENTOS DE TEMPORADA y ECOLÓGICOS (siempre que te sea posible, además, si puedes comprar a granel mejor, así también harás tu compra más sostenible y evitarás el exceso de envases y plásticos).

CEREALES Y GRANOS: los consumo a diario en distintas comidas (pan, pastas, arroces. quinoa, bulgur, mijo, etc).
LEGUMBRES: mínimo 2-3 veces por semana.
SEMILLAS Y FRUTOS SECOS: también a diario en pequeñas cantidades.
FRUTAS: 2-3 porciones al día aproximadamente.
VERDURAS: 5-6 porciones al día aproximádamente y al menos un par de raciones en crudo.

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“CARNES” VEGETALES (seitán, tempeh y distintas variadades de tofu): 3-4 veces por semana repartidos en distintas comidas.
ACEITES VEGETALES (oliva, coco, lino, sésamo, etc) voy alternándolos, una cucharadita al día aprox dependiendo del tipo de plato donde los incluya.
ALIMENTOS RICOS EN “GRASAS BUENAS” tipo aguacate o aceitunas también los incluyo al menos una vez por semana.
ENDULZANTES: nunca uso azúcar blanco, siempre panela, sirope de agave o dátiles (estos últimos son mis favoritos para endulzar postres, batidos, etc).
HUEVOS  Y LÁCTEOS: No consumo leche de vaca, prefiero utilizar las leches vegetales y los yogures también suelo tomarlos vegetales. Huevos 1-2 veces a la semana y quesos muy de vez en cuando.
ALGAS: las incorporo en algunas comidas de vez en cuando aunque tengo que reconocer que me cuesta porque me saben mucho a pescado (1-2 veces al mes).
CAFÉS, TES E INFUSIONES: tomo 1 café al día (si no lo sustituyo por un Matcha Latte) y una infusión o té en la sobremesa.
SUPERALIMENTOS COMPLEMENTARIOS
en polvo tipo acai, espirulina, maca, etc: 1 cucharadita diaria en batidos, zumos o guisos.

DESAYUNO

Me encanta desayunar ¿y a tí? Para mí es la comida más importante del día y me lo paso pipa ideando desayunos distintos y variados para empezar cada mañana a tope de energía. Normalmente me tomo un vaso grande de agua templada con limón en ayunas (con una pizca de cayena) para depurar y eliminar toxinas. Si no tengo tiempo (o limones) me tomo un vaso grande de agua y dejo pasar al menos 30-40 minutos para preparar el desayuno. Me gusta empezar con un smoothie detox o con un smoothie en cualquiera de sus vertientes, aderezado con algún superalimento y después prepararme un porridge o unas tostadas, que suelo acompañar con un café con leche vegetal o té. Cuando dispongo de tiempo y relax me preparo tortitas veganas, algún dulce casero (muffins, bizcocho, donuts…) y cuando me pasa al contrario, es decir cuando voy a toda prisa, intento dejarme preparado la noche anterior un “desayuno en tarro” con pudin de chia, frutas, cereales o lo que tenga a mano por casa,  me lo guardo en el bolso y lo llevo conmigo a la oficina, al gimnasio o a donde quiera que me depare el destino esa mañana. Si empiezas el día con un buen desayuno, nutritivo, colorido y sabroso, estarás más positivo y lleno de energía.

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  • Smoothies y zumos de todo tipo (intentando combinar fruta + verdura)
  • Panes ecológicos (espelta, trigo sarraceno, centeno)
  • Crema de aguacate con germinados
  • Porridge o gachas (de avena, mijo, quinoa…) con leche vegetal, frutas y semillas
  • Frutos secos crudos
  • Fruta fresca (el plátano y las naranjas son indispensables)
  • Granola


ALMUERZO

Como me gusta tanto sentarme a la mesa a comer (cualquier momento del día me va bien) la hora del almuerzo también es motivo de celebración y disfrute. Yo, por mis horarios laborales, suelo disponer de las mañanas libres para organizar mis comidas en casa, así que me siento afortunada porque la gran mayoría de las veces puedo sentarme frente a un plato de comida recién hecho. Cuando trabajo a mediodía en la oficina procuro prepararme almuerzos completos e intento que sean platos fríos para no tener que recalentar la comida en microondas (que no me gusta nada), así que me gusta preparar ensaladas en tarro combinando legumbres, cereales y vegetales, ensaladas de pasta, sandwiches… Y si estoy tranquilamente en casa entonces las posibilidades son infinitas, pero he de reconocer que siento debilidad por los potajes de legumbres (sobre todo cuando hace frío) y por los platos de pasta combinados con salsas caseras, especias, verduras y semillas. Normalmente siempre procuro tener en la nevera mis “básicos” del día para preparar la comida en menos tiempo. Me gusta tener legumbres cocidas en tarros de cristal para usar a lo largo de la semana y hago lo mismo con cereales y granos. Así puedo utilizar puñaditos de ingredientes variados en mis platos y hacerlos más completos y nutritivos.

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  • Guisos de legumbres con vegetales y cereales
  • Pastas con vegetales y salsas caseras (tomate, pestos…)
  • Verduras (asadas, salteadas, al vapor, crudas) combinadas con tofu o seitán y cereales.
  • Hamburguesas veggies caseras con chips de boniato, patata, calabaza…

CENA

¿Y quién dijo que la cena no puede ser deliciosa y baja en calorías? A mi me encanta cocinar por la noche si tengo tiempo, aunque sean platos sencillos con una buena dosis de ingredientes frescos. Es cierto que procuro evitar ciertos alimentos que puedan dejarme una sensación demasiado pesada para irme a dormir pero, echándole un poco de imaginación, las posibilidades son enormes. En mi top de cenas rápidas y ricas están las ensaladas variadas XXL con un puñadito de legumbres y/o granos, los sandwiches vegetales de varios pisos, las tortillas variadas con setas y vegetales, las cremas y sopas y los “filetes” de tofu, seitán o tempeh a la plancha con verduritas. También es un clásico en casa la pizza extrafamiliar (estamos empezando a hacerlas sin queso!) para el momento “peli y batamanta”, además una opción super light para preparar tus pizzas por la noche es hacer bases vegetales con coliflor, brócoli, calabaza o cualquier otro ingrediente bajo en calorías que se te ocurra!

top-dinner

  • Ensaladas crudas XXL
  • Sopas, purés y cremas de verduras
  • Verduras a la plancha o al vapor combinadas con tofu o seitán y cereales
  • Revueltos/tortillas con vegetales y/o setas
  • Pizzas caseras con masas de espelta, centeno, coliflor, etc


ENTRE HORAS

Y si antes te he dicho que el desayuno es la comida más importante del día, igual de imprescindibles me parecen las comidas intermedias. Yo, habitualmente, suelo realizar un “redesayuno” o almuerzo pequeño antes del mediodía y por las tardes nunca me salto la merienda. Si tu estómago te lo pide, picar entre horas me parece algo necesario y además así vas a llegar a la cena con menos apetito. Por este motivo, soy muy partidaria de preparar snacks caseros para complementarlos con tus piezas de fruta o verduras frescas. Los snacks caseros son la alternativa más saludable y económica y puedes inventarte auténticas delicias fáciles y rápidas. Para media mañana mis básicos son los crackers de semillas con patés vegetales (hummus, paté de tomates secos, paté de olivas, de zanahorias, nutella casera…), macedonias de frutas con crema de frutos secos, trufas crudiveganas o barritas energéticas con chocolate mmmmmm. Y para la tarde suelo optar por crudités vegetales, yogur con semillas y tropezones de fruta, mini sandwiches e infusiones. Si no tienes tiempo para preparar nada elaborado, las piezas de fruta y verdura frescas (manzanas, zanahorias, mandarinas, apio, etc) o un puñadito de frutos secos crudos también son una opción interesante.

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  • Hummus con tahin (indispensable)
  • Crackers caseros para dippear con patés vegetales o con crema de cacao o algarroba
  • Crudités mezcla de frutas y verduras
  • Puñadito de frutos secos crudos
  • Smoothies (siempre, a cualquier hora me van bien)
  • Pudin de chia con frutas y semillas
  • Cremas de frutos secos caseras (de almendra, nueces, avellanas…)
  • Dátiles meedjol

PREGUNTAS FRECUENTES

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¿ERES VEGANA?

No, no soy vegana, supongo que el nombre de mi proyecto “VeggieBoogie” puede dar lugar a confusión, en realidad mi alimentación es ovolacto vegetariana, es decir, consumo huevos y, de vez en cuando, lácteos (yogures y alguna variedad de queso).

¿CONSUMES GLUTEN?

Si, aparentemente no tengo ninguna intolerancia, así que no le cierro las puertas a los productos que contienen gluten, de hecho me gusta mucho el seitán, por ejemplo, y lo preparo muy a menudo. No creo que un consumo responsable y moderado de gluten sea dañino para los que no somos intolerantes, me hace gracia la gente que deja de comerlo porque el término gluten-free se pone de moda.

¿CONSUMES SOJA?

Si, incluyo tofu semanalmente en mis platos (siempre de procedencia ecológica, ya que hay mucha soja transgénica y esa no me gusta consumirla) y también tempeh. Además me gusta preparar guisos con soja verde o azukis.

¿DÓNDE COMPRAS HABITUALMENTE EN MADRID?

Soy asidua a algunos mercados agroecológicos que se organizan en Madrid los fines de semana (El Mercado agroecológico de Malasaña, El Mercado Agrario de la Casa de Campo o Madrid Productores en el Matadero). También soy clienta habitual del supermercado El Vergel (sobre todo por proximidad y porque tienen muchísima variedad de productos, fruta y verduras eco). Para comprar a granel me gusta mucho Pepita y Grano, los panes son fantásticos en La Magdalena de Proust o Panic, aunque en mi barrio han abierto hace nada una panadería familiar ecológica y casi siempre les compro hogazas de espelta y trigo sarraceno.

¿TU CESTA DE LA COMPRA SE HA ENCARECIDO DESDE QUE ERES VEGETARIANA?

No, definitivamente es un falso mito. Una cesta de la compra vegetariana no tiene por que ser más cara, de hecho, yo he notado una bajada en el precio, y eso que, por mi faceta de foodie blogger compro muchos productos extra para las recetas. La clave está en comprar frutas y verduras de temporada (que siempre son más baratas), comprar tus legumbres y pastas a granel en la medida de lo posible y planificar un poco tus menús semanales. Además, la única diferencia que puedes notar es el gasto en carnes y pescados que, en su versión vegetariana se sustituirán por tofu, algas, seitán y/o tempeh y el precio es más bajo (un kilo de tofu o seitán sale infinitamente más barato que un kg de filetes de ternera o salmón). Lo que puede encarecerte un poco más el precio de tu cesta es la adquisición de alimentos extra (que no son imprescindibles) como por ejemplo los superalimentos (espirulina, acai, maca, etc) o productos gourmet que no tienen por qué ser exclusivos de los clientes vegetarianos.

¿POR QUÉ COMPRAS PRODUCTOS ECOLÓGICOS,  NO SALE MUCHO MÁS CARO?

Es cierto que hay algunos productos ecológicos que son más caros que los que puedes encontrar en supermercados convencionales. Yo prefiero priorizar sobre ellos, gastarme un dinero extra y recortar gastos en otros hábitos que no me resulten de primera necesidad. Para mí la alimentación es lo primero y me gusta consumir alimentos que estén libres de químicos y cuyo proceso de elaboración sea lo más natural posible, pero si por lo que sea no puedo comprar comida orgánica en alguna circunstancia, tiro de alimentos que no lo sean, tampoco hay que obsesionarse. Es una decisión muy personal y entiendo que hay familias que, por cuestiones económicas, no pueden acceder a ciertos productos. Pero hay recursos para que este tipo de alimentos sean más accesibles, como he comentado antes, comprar frutas y verduras de temporada, comprar a granel e intentar adquirirlos a través de pequeños productores (sin intermediarios) también es más económico.

16 comentarios

Beatriz Moliz 12 septiembre, 2017 - 2:16 pm

Encontrar tu blog ha sido un soplo de aire fresco. No solo por las recetas (que prometo hacer todas), si no por compartir tu forma de vivir, de comer y de ser feliz. Me siento tan identificada con tu historia (hay momentos que parece que estoy leyendo la mía) que no he podido evitar leerme todo de arriba abajo.
Gracias, gracias y gracias.

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rocio 19 septiembre, 2017 - 4:02 pm

Qué guayyyy Beatriz!! no sabes la ilusión que me hace que te guste el blog, mil gracias por pasarte y quedarte ♥ un abrazo gigante!

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Carol 26 septiembre, 2017 - 9:32 am

¡¡Tu blog me ha encantado!! Uno de los mejores descubrimientos de este año. Eres una persona súper creativa y el blog es sencillo y realmente aporta ideas frescas. Las fotos impresionantes. Me encanta lo tolerante que eres cuando explicas tus razones por ser vegetarianas, porque discursos como el tuyo son los que se necesitan para romper los mitos de la gente, alejándose de extremismos en ambos “bandos”. Los ebooks están genial, ojalá hagas más…. ¿Quizás uno de ensaladas o de recetas con legumbres? Las recopilaciones “offline” a veces son lo más cómodo. Yo lo dejo caer…

Te felicito, y ¡gracias! 🙂

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rocio 26 septiembre, 2017 - 10:32 am

Hola Carol! Ayyy mil gracias por todas tus palabras, que ilusión más grande! Sii, jo, hay que intentar hacer las cosas desde el respeto, porque aquí pasa como en política, que siempre hay gente muy extremista jejejeje… Pues me apunto todas las ideas que me has dejado porque me parecen guays, a ver cuando puedo sacar huecos y os dejo otro ebook nuevo, un besazo y feliz día!

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Teresa 8 enero, 2018 - 5:17 am

Te felicito por este super blog, me ha encantado. No soy vegetariana, mi marido si. Dejo de coner carne y pescado por los jugos gastricos que le quemaban las cuerdas vocales . A dia de hoy esta mejor pero come fatal, y encima llevamos fatal la rutina diaria. Ahora tenemos un bebé y me gustaria enseñarle a comer de forma saludable, asi que he compartido tu blog con mi marido y a ver si nos organizamos y aprendemos a comer. Un saludo

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rocio 9 enero, 2018 - 9:41 am

Hola Teresa, muchísimas gracias, espero que te resulte útil el contenido del blog, un abrazo para toda la family!!

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Simplicio 26 enero, 2018 - 3:24 pm

Un excelente artículo y bastante aconsejable.
Saludos

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rocio 29 enero, 2018 - 8:38 am

Muchas gracias!

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Silvia 5 febrero, 2018 - 5:08 am

Cómo me alegro de haber descubierto tu blog, de verdad! Me siento muy identificada con tu historia… Vivo en Dublín desde hace casi 3 años y desde entonces que he empezado a cambiar mis hábitos, me encuentro en un momento en el que si como carne solo es embutido (jamón, fuet…) que me traigo de Barcelona, y aun así no me acabo de sentir muy bien últimamente, por un tema moral que tú muy bien explicas. Me he mirado varias recetas y ya tengo ganas de probar alguna! Las fotos una pasada, te felicito!!!

Silvia

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rocio 16 febrero, 2018 - 2:47 pm

Muchas gracias por tus palabras Silvia, espero que encuentres tu alimentación idónea, lo mejor es escucharse, con calma y ya verás como al final das con lo que te hace sentir bien, si hay intención hay resultados. Un abrazo enorme desde Madrid

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Yerlin 27 marzo, 2018 - 8:03 pm

Hola que Lindo tu Blog y tu historia.! No soy vegetariana pero me gustan mucho tus recetas y tus fotos.Te prometo ponerlas en paractica 🙂
Un abrazo desde Costa Rica

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rocio 11 abril, 2018 - 1:18 am

Qué alegría Yerlin, muchísimas gracias y bienvenida! ♥♥

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Alex 18 julio, 2018 - 10:57 am

Yo vine buscando en google cómo preparar un matcha latte, me agencié tu receta, algunas otras más, pero quedé prendado por las fotos que haces (usamos el mismo objetivo macro y todo). De ahí ya pasé a los collages en tu web personal, y de ahí ya a los collages. Tremendo todo, Rocío!
Mi enhorabuena! Tu trabajo es estupendo, se nota que tienes buen gusto, criterio, y muchísima sensibilidad estética.
Saludos!

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rocio 13 agosto, 2018 - 1:19 am

Muchísimas gracias Alex, y gracias también por dedicarle tu tiempo a conocer mis proyectos, te mando un abrazo enorme!!!

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Laia 9 abril, 2019 - 8:42 pm

Te he encontrado así por casualidad (bueno, a mi tambien mes gusta mucho cocinar y cuidarme) buscando recetas por internet.
Y me ha encantado tu blog. Ya te tengo en favoritos!!
Las fotos son preciosas, incluso esos estampados de flores y verduras.
Las recetas son brutales! Sorprenden!
Un abrazo des de Barcelona

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rocio 24 abril, 2019 - 10:15 am

Muchísimas gracias Laia, qué ilusión, te mando un abrazo enorme de vuelta!

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